Otra vez se ha puesto de moda este asunto. Parece que algunos ya se han olvidado del origen de este tema y de las implicaciones del caso. Ya que es fácil perderse, podríamos hacer un pequeño resumen de su trayectoria “profesional”.

En principio, al Sr. Rato le imputan los siguientes delitos:

Apropiación indebida: Rodrigo Rato presuntamente se apoderó de casi 100.000 euros mediante el uso de las tarjetas “black”

Administración desleal: El juez Andreu acusa a Rato de propiciar, consentir y aceptar el uso indebido de fondos de Bankia.

Falsedad documental: Debido a la salida de Bankia a bolsa, Rato supuestamente maquilló las cuentas de la entidad.

Blanqueo de capitales: Tras la regularización por la amnistía fiscal del Gobierno se comprobó que Rato tenía mucho patrimonio en paraísos fiscales, el cual dice que es de origen familiar.

Fraude fiscal: Según Hacienda, Rato defraudó 5,3 millones de euros. Existen un total de 27 sociedades que eludieron tributar el IVA y el Impuesto de Sociedades. Asesoró a empresas como Iberia, Telefónica y Banco de Santander, presentando facturas falsas. Asimismo, durante su gerencia en el FMI también supuestamente falseó datos del IRPF e Impuesto de Sociedades.

Todo esto se remonta a cuando el Sr. Rato comenzó su carrera política cuando tenía 30 años. De familia de empresarios y políticos, siempre estuvo rodeado de personas influyentes en estos ámbitos. Desde el principio destacó en el área de economía, a pesar de haber estudiado Derecho, si bien se doctoró ya siendo Vicepresidente del Gobierno en Economía Política.

Debido a los altos puestos de responsabilidad que ha ocupado en gran parte de su vida laboral, el Sr. Rato ha obtenido siempre información privilegiada en todos los campos, principalmente en el económico. De hecho incluso, no solo disponía de información privilegiada, sino que la propiciaba o engendraba él, ya que sus puestos de vicepresidencia de gobierno, ministro de economía y presidente del FMI le daban el poder suficiente para dirigir estos estamentos.

Por otra parte, debido a ese estatus, el Sr. Rato disponía de un halo de popularidad, legalidad y autoridad que no podía ser discutido por nadie.
Otro factor importante fue su paso a la empresa privada, sin entrar en si fue “impuesta” o “querida”, en concreto a Caja Madrid y posteriormente Bankia, tras rechazar puestos directivos del más alto nivel en otras instituciones empresariales.

El descubrimiento del hipotético maquillaje de las cuentas de Bankia (de 390 M. de Euros de beneficio a más de 3.000 M. de Euros de pérdidas) y otros datos negativos, fue el detonante de la intervención del estado en la entidad bancaria, ante la advertencia del FMI (que ironía), de que era el mayor riesgo para el conjunto del sistema bancario español.

Al igual que en otros presuntos personajes corruptos, se dan una serie de circunstancias. Por una parte el delincuente ocupa una posición dominante en la sociedad.

Por otra parte, la falta de costumbre en el castigo de estos comportamientos como delictivos, la existencia de pocas leyes que consideren delitos estas actividades y una conciencia generalizada de que estos comportamientos no son delictivos, hace que incluso se le llegue a disculpar en cierto modo y que parte de la opinión pública ponga matices a los hechos, quizá por el poder que ostenta el personaje.

Para finalizar, el delincuente no se ve como tal. Las cosas son así. Son los delitos denominados “de cuello blanco” en el que los autores son de clase alta con importantes conocimientos del derecho, financieros y económicos, teniendo incluso contactos y ramificaciones por todos los estratos del sistema, razón por la cual es difícil ahondar en todo ese entramado.

¿Cómo acabará? Ya se lo imaginan.